... Escribo desde la preocupación y la enorme tristeza que me produce comprobar, como puede hacerlo hoy cualquier español, que, una vez más, vamos a perder la oportunidad de recuperar la colonia que el Reino Unido (RU) mantiene en nuestro territorio desde hace 307 años por falta de voluntad política y, quizá lo que es peor, por falta de un verdadero entendimiento del problema por parte de las personas encargadas de resolverlo ante las favorables circunstancias que se presentan para lograrlo con la salida del RU de la Unión Europea (UE).
El reciente artículo de Jose María Carrascal[1] es una llamada de atención perfectamente justificada que podemos compartir la mayoría de los españoles cansados de tanta claudicación de nuestros gobernantes ante una humillación permanente.
Salvo excepciones, nuestros políticos demuestran una y otra vez una especial dificultad en entender la realidad del hecho colonial cuando se embarcan en defender lo accesorio en lugar de centrar sus esfuerzos en resolver la raíz del problema. Para poder situarnos como corresponde parece imprescindible aceptar la realidad tal cual es, por dura que sea. Si nos engañamos a nosotros mismos, por desidia o dejadez intelectual, nunca podremos alcanzar el objetivo deseado por todos los españoles que, salvo lamentables excepciones, no aceptan de buen grado pertenecer al único país europeo que tiene una colonia en su propio territorio por cuenta, además, de uno de sus más importantes aliados. Si confundimos lo esencial con lo accesorio, estaremos condenados a vivir en una situación de lamento permanente.
Hoy la situación en Gibraltar es mucho peor que hace cuarenta años. Nuestra casi permanente pasividad, nuestra incapacidad para defender con la determinación necesaria lo que es nuestro nos está llevando no solo a no aprovechar las oportunidades que en este momento nos ofrece el abandono del RU de la UE sino hasta defender de forma insólita los intereses del contrario y no los nuestros, como es obligado si queremos que se nos respete internacionalmente como un estado no fallido.
Escribo también ilustrado por la insuperable y completa información que Angel Liberal Fernández [2]proporciona en sus numerosos artículos y libros después de investigar y analizar, en fuentes abiertas, durante muchos años todo lo que sucede y todo lo que se publica sobre Gibraltar, tanto en el RU como en España o en el propio Peñón. Leyendo sus trabajos uno llega a comprender el concepto de “costa seca”, aplicable a territorios cuya frontera es el límite de la costa, sin mar territorial alguno, como nació Gibraltar, y que también existe en otras partes del mundo[3] en contra de lo que manifiestan expertos, y no tan expertos, en derecho internacional, españoles que defienden de un modo incomprensible lo que más conviene a nuestros oponentes.[4] Otro aspecto muy destacable de los trabajos de Liberal es haber puesto de manifiesto la existencia de un grupo numeroso de españoles que actúan inspirados por el RU y la administración local de Gibraltar y, a beneficio de los británicos y su colonia. Esas voluntades españolas, posiblemente contaminadas, extienden su influencia por toda España.
Plano de la bahía de Algeciras en 1750
Reducir la solución del grave problema de Gibraltar, como todo parece indicar está haciendo un gobierno siempre claudicante, solo a lograr la complacencia y el buen rollito con las comunidades de los españoles del Campo de Gibraltar y de los llanitos que residen en el Peñón, es un simplismo que presagia lo peor. Si el responsable de esta situación es el actual presidente del gobierno, como le atribuyen muchas personas de su entorno, a mí me parece de suma gravedad porque siendo cierto que hay que tener en cuenta y proteger los intereses de las poblaciones a ambos lados de la verja no es menos cierto que ello no debe hacerse a costa del supremo interés del conjunto de los españoles como es la recuperación a corto plazo de su integridad territorial, injustamente perdida hace ya demasiados años.
Esta falta de objetividad y visión en el tratamiento del problema se mantiene hoy en día como bien se deduce de los trabajos y artículos del profesor Alberto Pérez de Vargas[5] que publica habitualmente en el diario Europa Sur cuando afirma, con pleno conocimiento de causa por ser un insigne algecireño con una alta preparación intelectual y científica, que la pobreza del campo de Gibraltar, y de un modo especial en La Línea, proviene precisamente del mantenimiento del hecho colonial tal como ahora está establecido. Pérez de Vargas considera también que muchos trabajadores prefieren trabajar en Gibraltar porque es más fácil hacerlo allí que hacerlo en las industrias cercanas de Algeciras. Si esto es así, como muchos también creemos, queda en evidencia la debilidad y la candidez de la argumentación oficial de tener solo en cuenta los interese de la población local al tomar decisiones que solo terminan propiciando la continuidad del “statu quo” colonial.
Tratado de Utrecht
Por otro lado, el ex ministro de exteriores Josep Piqué ha manifestado recientemente que considera vital, aun hoy, [6] negociar la cosoberanía de la colonia. Pero, podemos pensar, ¿qué interés puede tener el RU en compartir con España una soberanía que ya ejerce plenamente, aunque sea de hecho y no de derecho? Es imposible llegar a buen puerto cuando se confunden los propios principios que justificarían tal negociación. Pérez de Vargas considera también que la soberanía sobre el Peñón es española lo que demuestra que [7] las aguas que lo rodean también lo son. En el Tratado solo se cedió “la propiedad” de un territorio para instalar una base militar, un territorio que nació sin “jurisdicción”, es decir, sin soberanía, según la terminología del propio Tratado. Aunque podemos estar seguros de que en el MAE existen técnicos y diplomáticos que conocen a la perfección el problema de Gibraltar, solo podemos atribuir a las carencias de nuestra clase política que el RU ejerza de hecho y mantenga en el tiempo la soberanía sobre Gibraltar.
Ante esta situación de pertinaz pasividad, el RU no tardó en comprender que podría extender su jurisdicción sobre prácticamente media bahía de Algeciras[8] sin temor a represalia alguna por parte de gobierno indiferente que no llegó a denunciarlo ante la Unión Europea, como debiera. De seguir por este camino el RU podrá apropiarse de toda la Bahía de Algeciras y declarar que la costa seca sea la española. Y, como sucede con el principio teológico que explica la Creación, el RU si puede y quiere hacerlo, lo hará.
Y, por último, en esta situación de amilanamiento en la que vivimos, la ministra de exteriores Arancha González acaba de informar que España firmó “ad-referéndum”[9] con el Reino Unido un Tratado fiscal sobre Gibraltar que según subraya Josep Borrell es "el primer tratado internacional entre España y Reino Unido sobre Gibraltar después del tratado de Utrecht." La rápida aceptación de este tratado por parte del RU nos hace temer lo peor. Con este antecedente es posible que alguien pueda llegar a pensar y caer en la tentación de redactar un nuevo tratado con el RU que anule o modifique al Articulo X del de Utrecht, lo cual nos llena de justificada preocupación porque, por acción o por omisión, fácilmente pudiera llegarse por esta vía a la consolidación perpetua del hecho colonial en contra de las resoluciones de Naciones Unidas y del derecho de los españoles a su integridad territorial como han reclamado y defendido durante generaciones enteras, en alguna ocasión hasta con la entrega de sus propias vidas.
Madrid, 17 agosto 2020
Notas:
[1] CARRASCAL, Jose María. “WELCOM GIBRALTAR” Diario ABC 14.08 2020
[2] LIBERAL FERNANDEZ, Angel. “ Breve descripción de la colonia militar británica de Gibraltar / Short description of the British military colony of Gibralta” Editorial: JM Ediciones.
[3] LIBERAL FERNANDEZ, Angel. “ Lübeck, el río Trave y la frontera interior de Alemania: un ejemplo consistente de «costa seca» en la segunda mitad del siglo XX. Revista General de Marina.
[4] LIBERAL FERNANDEZ, Angel.https://generaldavila.com/2019/07/12/casos-decosta-seca-como-gibraltar-angel-liberal-fernandez-capitan-de-navio-r/
julio 12, 2019 de generaldavila.
[5] PEREZ DE VARGAS, Alberto. Científico, catedrático y profesor de la Universidad Complutense de Madrid es natural de Algeciras y, por tanto, uno de los mejores conocedores de los problemas de Gibraltar y sus verdaderas causas.
[6] DIARIO LA RAZON. Josep Piqué aboga por una cosoberanía para Gibraltar y cerrar una situación «obsoleta», aprovechando la salida del RU de la UE.
[7] PÉREZ DE VARGAS, Alberto. El “monitoreo” de Picardo. Europa Sur 30 julio 2020.
[8] Con esta ampliación el RU consideró posible instalar los bloques en aguas que siempre fueron españolas para dificultar el trabajo de nuestros pescadores y facilitar la instalación un cable directamente conectado con el RU para evitar la dependencia de España ante un eventual corte de las líneas telefónicas, en su momento concedidas. Según información disponible parece que el RU planea instalarlo hacia Marruecos lo que es mucho más barato, aunque sea España la que termine pagando la factura.
[9] Debemos de suponer que la firma “ad referéndum” de este Tratado significa que requerirá su aprobación por una mayoría parlamentaria que incluya, al menos, a todos los partidos constitucionalistas.