Enrique D. Martínez Campos

Una moción de censura imprescindible

Moción de censusa de Felipe González a Adolfo Suárez en 1980.

LA CRÍTICA, 8 AGOSTO 2020

Enrique D. Martínez Campos | Sábado 08 de agosto de 2020

(...) cuando F. González le planteó una moción de censura en 1980 a Adolfo Suárez, sabía que la perdería. Pero fue decisiva para deshacer a la UCD –compuesta por 15 grupitos políticos– y sólo dos años después el PSOE ganó las elecciones por mayoría absolutísima. (...)



Es lógico y merece todos mis respetos que cada partido político disponga de un grupo de comunicación que refuerce su ideología política, económica, social, ética y moral. A eso se le llama pluralidad de medios y de expresión. De esa manera, todos los españoles tendremos ocasión de conocer mejor a ese partido. Pero cuando a éste le apoya la mayor parte de los medios, por muchas barbaridades que cometa, esa pluralidad no existe. O porque están del lado del poder que ese partido representa o porque, sencillamente, se les compra a base de dádivas. Esto es lo que sucede hoy en España en relación con el PSOE de Pedro Sánchez. Algo muy parecido, por cierto, con lo que sucedió con el PSOE de Felipe González y el Grupo PRISA, TVE, etc.

Este hecho, unido al vicio de mentir del presidente del gobierno y algunos de sus ministros en sede parlamentaria y fuera de ella.

Unido a la peor gestión que se ha realizado en todo el mundo para frenar la pandemia que padecemos.

Unido al más que previsible desastre económico que ya está aquí como consecuencia, a su vez, de aquella pésima gestión.

Unido a ser este gobierno el que esconde o no sabe contar los muertos que, de verdad, ha habido en España como consecuencia de la pandemia, constituyendo este drama la mayor vergüenza para la imagen exterior de nuestro país.

Unido a la dicotomía entre gobierno y autonomías para frenar los rebrotes que están surgiendo como las setas y que pueden conducirnos a un nuevo confinamiento forzoso, sin haber explorado otros procedimientos legislativos para parar en seco la irresponsabilidad de unos cuantos.

Unido al dudosísimo y equilibrado reparto del dinero procedente de Bruselas, si es que llega todo o parte, con la obligación de cumplir con sus exigencias.

Unido a la anunciada ampliación de la Ley de memoria Histórica para imponer el pensamiento único a todos los que disientan de la versión oficial de esa Historia.

Unido a la falta de respuesta legislativa inmediata a la “okupación” de viviendas que se ha multiplicado en los últimos tiempos y que constituye una vergüenza para un país en el que se supone que se respeta la propiedad privada.

Unido al empeño socialista de hundir la Enseñanza concertada por medio de una nueva Ley del PSOE interpretada como quieren por los 17 miniestados cantonales en que se ha fragmentado España.

Unido a una llamada Ley de Violencia de Género en la que se discrimina al hombre de forma desaforada para enfrentar a hombres y mujeres.

Unido al más que previsible aumento del paro para que las “colas del hambre” no tengan fin.

Unido a que llevamos más de ocho años esperando la respuesta de un Tribunal sobre el genocidio del aborto en España promovido por el PSOE y que contribuye de forma decisiva a que aumente nuestro desierto demográfico.

Unido a la falta de energía, procedimientos, medios y límites para impedir la inmigración ilegal, que no cesa, trayendo más enfermedad y gasto público, como si en nuestro país cupiera toda, o parte de, la población de África.

Unido a la peligrosa coalición socialista y comunista, única en Europa, siendo los últimos cooperantes de gobiernos totalitarios de Iberoamérica y Oriente Medio.

Unido a la aceptación por el macrogobierno socialcomunista de las exigencias de nacionalistas vascos y catalanes y sucesores de ETA.

Unido a una estrategia perfectamente diseñada para atacar a la institución monárquica que determinados medios repiten machaconamente para socavar dicha institución y hundirla.

Unido a la indisimulada propaganda del socio preferente del PSOE para proclamar cuanto antes la Tercera República plurinacional.

Unido…, etc., etc., etc.

Como dijo alguien: “¿Qué tiene que pasar en España para que pase algo?”.

Pues bien, con todos estos antecedentes de extrema gravedad, el partido VOX, sin apenas respaldo mediático, ignorándolo los demás grupos, ha tenido “la desfachatez” de promover una moción de censura a este modélico gobierno en septiembre. Tiempo que desean aprovechar para recabar apoyos para desalojar del poder al frentepopulismo que padece España.

Pero, mira por donde, hay grupos de comunicación y en ellos periodistas de prestigio –me refiero sólo a los de centroderecha– que se han tomado la iniciativa de VOX como un ataque al PP o una pérdida de tiempo porque VOX no va a conseguir los votos necesarios en el Congreso.

Es más, algún periodista/comentarista/contertulio de un medio de tirada nacional muy cercano al PP, comentó hace unos días que la dialéctica de VOX conduce a un enfrentamiento de “visiones radicales” en España, a un duelo visceral… Por tanto, el PP debe actuar con “mentalidad moderada” y “voluntad de convivencia”. Así pues, según él, en ese partido debe prevalecer “el moderantismo liberal, tolerante e integrador”. En resumen, el estilo de Mariano Rajoy.

Y mientras tanto, que sigan dándonos a todos por la retambufa –como decía el inolvidable Jaime Capmany– para pensar sólo en economía, derrochando moderación y mucha pachorra sin meterse en política.

Quienes tenemos años para poder contarlo, cuando F. González le planteó una moción de censura en 1980 a Adolfo Suárez, sabía que la perdería. Pero fue decisiva para deshacer a la UCD –compuesta por 15 grupitos políticos– y sólo dos años después el PSOE ganó las elecciones por mayoría absolutísima.

No pienso, ni creo, ni especulo, sobre si VOX quiere hacerle pupa al PP. Lo que sí pienso es que ya no vale tanto moderantismo.

De lo que estoy seguro es de que frente a este gobierno multitudinario, frentepopulista, compuesto por una gran mayoría de ineptos, que nos miente siempre, que vive de la propaganda, deben levantarse propuestas lógicas como las que pueda hacer el PP –a las que el Gobierno socialcomunista ni las hace caso ni las tiene en cuenta–, sino una voz, aunque sea en minoría, que la oigan bien aquí, en Europa y en todo el mundo. A pesar de los medios que le apoyan fanáticamente.

Y otro supuesto problema que plantea el centroderecha: ¿se presentará Santiago Abascal como aspirante a presidente del gobierno? Me importa un rábano. Me consta que es monárquico, demócrata y una persona de principios. Podría ser Casado, él, o quien acordaran.

Pero si tanto nos quejamos, con esta horrible situación, con esta pesadilla que no nos deja dormir, razón de esta sinrazón en que vivimos en los más graves momentos con el peor de los gobiernos, todo lo que se pueda hacer debe hacerse para acabar con esta horrible situación. Todo. Incluso perdiendo una moción de censura imprescindible.

Enrique DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ CAMPOS

Coronel de Infantería DEM (R)