Fidel García Martínez

Ennio Morricone: compositor místico y sacro

Ennio Morricone (1928 - 2020). Foto: RTVE.

IN MEMORIAM

LA CRÍTICA, 5 AGOSTO 2020

Fidel García Martínez | Miércoles 05 de agosto de 2020
Se cumple un mes de la muerte de Ennio Morricone, el más Ilustre compositor de bandas sonoras para el cine y premio póstumo de los Premios Princesa de Asturias. (...)

... Maestro, huésped de lo divino que llenó el cine de música, compuesta de amor y melancolía, de pasión y muerte y gloria; prodigio de armonía silenciosa y romántica que hizo del cine, paradiso; del desierto tenebroso lugar de lucha y muerte, triste campo de batalla seco, madriguera de lobos y chacales donde buenos, feos y malos se juegan la vida y o la muerte por un millón de dólares disparando con sus revólveres, balas guiadas por el silbido de los aires ardientes y por oscuros graznidos de aves de rapiña. En la ciudad los intocables duros y honestos policías de érase una vez América, a la que limpiaron del crimen mafioso, impío y cruel, sanguinario y mortal. Ennio Morricone músico honesto genial y creyente con vocación de rapsoda en misión sagrada para reivindicar la arrasada la paz de las reducciones jesuitas, frente a la guerra, la verdad frente a la mentira por la pasión y el duelo de los hijos del gran Ignacio de Loyola capitán de compañía militar, a lo divino. Su gran testamento está en La Misión, film mundialmente celebrado aunque Hollywood le negase en repetidas ocasiones la gloria efímera de la estatua dorada.

Por su gran banda sonora Mística y Sacra donde dejó inmortalizadas en hermosas partituras su gran fe, amor y esperanza, grandes virtudes teologales con frecuencia escondidas entre tiros y sangre de mafiosos y vaqueros pero siempre con un lugar para la esperanza. Siempre agradecido a los dones del Cielo recibidos sembró el cine de verdades sacras de Padre Nuestro En la tierra como en el cielo donde la música desciende como torrente sin ruido y manso. Catarata, sepulcro líquido /que envuelve al misionero en cruz atado. Miserere rezado con Remordimiento/ Te Deum y Ave Maria guaranís/ entonados por niños con indias voces angelicales y como colofón inspirado El oboe de Gabriel misterioso y arrebatado. Su última voluntad una carta escrita en vida antes de tu muerte, para todos los tuyos: hermanas, hijos y nietos y amigos pero más para tu esposa, María, con renovada promesa de amor y adiós doloridos y eternos. Gracias, Ennio Morricone músico genial /místico y sacro.

Fidel García Martínez