... El mal ejemplo ha cundido y leo la noticia de que una estatua del mismo santo ha padecido la misma suerte en Palma de Mallorca. Asimismo han sido objeto de la ira de los nuevos talibanes iconoclastas en diferentes ciudades las estatuas de Cristóbal Colón, Hernando de Soto, Juan de Oñate y Miguel de Cervantes (junto a las de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, Washington, Jefferson, Jackson, los líderes de la Confederación, los propios defensores de la Unión y de la Emancipación, Abraham Lincoln y Ulysses Grant, Theodore Roosevelt, etc.).
San Junípero Serra, el “Apóstol de California” como le calificó el Papa Francisco durante su canonización en 2015, era un humilde misionero franciscano (fundó 9 misiones y presidió 15) en la tradición del fundador de su orden, San Francisco de Asís. Es tristemente irónico que la ciudad que lleva el nombre del santo italiano, ciudad cuya misión evangelizadora fue impulsada precisamente por San Junípero, tenga que llevar ahora el estigma de los actos ignominiosos de estos nuevos bárbaros que intentan destruir nuestra civilización. Mientras escribo esto leo en algún medio que las bestias del movimiento BLM amenazan con destruir todas las imágenes de un Jesucristo blanco.
Respecto a la figura histórica de fray Junípero Serra y otros compatriotas nuestros, quiero matizar y subrayar aquí que no se trata de una mera actitud anti-hispana, sino anti-española. Han alentado o participado en ella, aparte de afroamericanos rabiosos del movimiento BLM, hispanos genéricos, latinos e intelectuales “latinx”, mexicanoamericanos y racistas de La Raza, indios o nativos americanos, y tontos útiles progresistas “wasp”, embriagados todos, no de historia sino de histeria, de resentimiento e ignorancia contra la cultura/civilización española e hispano-americana.
Estos incidentes, aparentemente aislados, son batallas ideológicas en el seno de una guerra global, una guerra cultural o choque de civilizaciones. El marxismo cultural de Antonio Gramsci y de la Escuela de Frankfurt, con la contribución variopinta de la sociología y antropología radicales, proporcionan los conceptos y cursilerías acerca de la “hegemonía cultural”, del “multiculturalismo” y de la “corrección política” en la estrategia agit-prop de los enemigos de la libertad, la democracia y el capitalismo en Occidente.
Vivimos momentos críticos en esa guerra cultural contra los enemigos externos e internos de nuestra civilización occidental judeo-cristiana. Nuestra cultura milenaria, infinitamente superior a la de nuestros enemigos, debe defenderse política pero enérgicamente (siempre respetuosa del Imperio de la Ley), con la claridad moral e intelectual que la define, denunciando las tendencias totalitarias de las ideologías anti-liberales, socialistas, estatistas o colectivistas, ateas, clasistas, étnico-racistas, de género e identitarias, disfrazadas con eslóganes “progresistas” como Antifa (“Antifascismo”), BLM (“Black Lives Matter”), WOC (“War On Cops”), ACAB (“All Cops Are Bastards”), “Social Justice”, “No Justice, No Peace”, etc, etc.
Otros artículos del autor sobre la materia en La Crítica:
“Choque de Civilizaciones” (2015)
“¿Un fascismo americano? (de Malcolm X y Mohamed Alí al movimiento Black Lives Matter)” (2016)
“Antifa” (2017)
“Leyenda Negra y tontos legendarios” (2017)
“El fracaso del Latinoamericanismo” (2019)
“Choque de Civilizaciones 2020” (2019)