Lenny Flames

El manicomio de Tezanos. ¿Susto o muerte?

(Foto: www.infocatolica.com)

LA CRÍTICA, 17 ABRIL 2020

Lenny Flames | Viernes 17 de abril de 2020
Viendo el rigor y sesgo de algunas de las preguntas del reciente estudio del CIS de Tezanos con trampas dialécticas que no admiten más que una respuesta (habría que escuchar las grabaciones por si el énfasis en palabras clave pueden confundir más todavía) me viene a la memoria un chiste o broma infantil –el de susto o muerte– no exenta de cierta crueldad, tras cuya escenificación acababan riendo el bromista y la víctima especialmente si estaban escuchando otros cómplices traidores. (...)

... Ni que decir tiene que va a resultar imposible causar gracia –tampoco los tiempos están para ello– contando por escrito algo interactivo que solo la tiene con teatralización, voces cavernosas, respuestas del encuestado y un grito de pánico acompañando al final la extensión amenazante de las manos.

Empieza el gracioso tras asegurarse de que la víctima no sabe “el de susto o muerte” poniendo en ambiente al pardillo tal que así:

–¿Pero te lo sabes o no?
–(…)
–Bien, pues esto era un psiquiátrico… en el que un psicópata asesino… aborda contra la pared a otro interno… y le pregunta (ahora se cambia a voz fantasmal o de terror) ¿Qué quieeeeres? Eliiige. ¿Ssuuusto o mueeerte?

Es importante ahora el silencio para que el otro pregunte: ¿y qué pasó?

–Pues que el interno contestó susto.
–Ya, lo normal. ¿Y?
–¿Tu qué hubieras contestado?
–También susto.
–Esa es la respuesta acertada, porque… (este es el momento de bajar la voz continuando con un susurro que obliga al entregado oyente a acercarse mucho a las manos implorantes ya muy cerca de su cara que de pronto se abren como cuchillos a la vez que se lanza un grito de terror)
–¡Imbécil! Me has asustado de verdad.
–Pues haber elegido la muerte. (Ahora casi siempre todos acaban riendo incluida la pobre víctima aunque he visto muchas bofetadas como telón de fondo).

Bromas aparte, sigo viendo mucho parecido entre la pregunta del psicópata y algunas que nos hace Tezanos. Dejaré el análisis profundo para otros más expertos que yo y me centraré en un aspecto que seguramente ha pasado desapercibido.

En ningún momento se nos dice en el estudio el grado de aceptación de la encuesta. Es decir, cuántos intentos de encuesta fueron rechazados por los llamados. Quizás para los sociólogos eso no tenga importancia pero implica un sesgo manifiesto. Es conocido como “sesgo de selección”. Hay ejemplos palmarios –aparte de este– que lo demuestran. Les pondré uno de tantos disponibles (https://www.huffingtonpost.es/ansgar-seyfferth/estadistica-en-la-segunda-guerra-mundial-cuando-lo-importante-e_a_22107544/) que resumo: En la Segunda Guerra Mundial los ingenieros se afanaban en reforzar con blindajes aquellas partes de los aviones que regresaban, analizando la concentración de disparos recibidos. Cuentan que un cerebrito que limpiaba las letrinas en una de esas bases les dijo que por qué no miraban en los que no habían vuelto pues estos, mal que bien habían regresado con vida. En realidad fue el estadístico americano Habraham Wald el que propuso que lo que había que reforzar era la espalda de los pilotos y los motores precisamente donde menos disparos se observaba en los que regresaban.

Les digo esto porque si a mí –igual que al menos a 15 de mi grupo de amigos– me hubiesen preguntado, hubiese mandado a freír espárragos al llamante, no tanto por saber de antemano que detrás del CIS hay un partido político que sustenta al “g”obierno y solo intenta manipular como por estar convencido de que éste no puede ser una cotilla como la vieja del visillo que se gasta el dinero en chorradas en lugar de luchar contra la pandemia y sus consecuencias.

Es por ello que los que no han aceptado ser entrevistados –que pueden ser muchos– seguramente nunca hubieran dicho en la pregunta 6 que se puede limitar la libertad de información de una u otra manera.

Sr Tezanos: deje de contratar empresas con tanto “ISO”. Es mucho más sencillo. Pregunte simplemente si queremos susto o muerte y después reímos o lloramos todos juntos.