... Deja esposa y dos hijos y un montón de compañeros y amigos que se unen a su dolor. Su pérdida se une a la de otros servidores públicos que están en segunda línea de tiro contra esta pandemia y que también son abatidos y a veces olvidados y que forman parte del mismo frente común contra la pandemia.
Florentino de 56 años había empezado su carrera como militar y esa vocación de servicio le hizo continuar después trabajando de piloto de helicópteros salvando vidas en emergencias sanitarias donde llevaba desde el 2007. En ese mundo de aspas en tierras manchegas escucho muchas veces “Gigante” pues tal es el indicativo de radio de esos molinos voladores por esas tierras.
¡Adios Gigante! ¡Adios Florentino! Fueron muchos los que salvaste transportándolos en esa ambulancia voladora de color amarillo hasta momentos antes de empezar con los primeros síntomas que nunca sabrían tu nombre. Ahora si lo saben. Por eso lo ponemos completo para orgullo de familiares y amigos y no con unas ridículas iniciales. ¡Adios Gigante! ¡Adios Florentino!