Mal le vienen dadas a este señor y a "su señor" Puigdemont, así como al procés y a toda la subsiguiente mandanga con la que nos llevan martirizando unos cuántos bastantes años a los españoles de dentro y fuera de Cataluña.
Tan mal les vienen dadas, que ese "155 camuflado" como definen la declaración del Estado de Alarma por el Gobierno de España, centralizando el poder en Madrid, así, de sopetón, los ha dejado sin habla y, por más que intenten hacerse oír, sus lamentos no son sino perogrulladas en una situación tan delicada como la que vivimos, no solamente España, sino todo el Mundo.
Desde La Crítica podemos asegurarles a ustedes, pacientes lectores, que preferimos la brega con estos desquiciados del procés a tener que darles cuenta de la desgracia del coronavirus, que nos toca vivir, eso sí, por una vez, a todos.