Tan es así que, aceptando muchas de las premisas de los golpistas, cuya única finalidad es la independencia de Cataluña, el presidente Sánchez recuerda a su antecesor Zapatero cuando afirmó que resolvería la cuestión del Oriente Medio en seis meses.
Este viaje en solitario de la izquierda española, una vez más, pone los pelos de punta hasta al más pintado. Ojalá que ese diálogo tan deseado por ellos no termine por llevar a España a una situación límite de la que sea complicado, por no decir imposible, encontrar una salida honrosa y pacífica.