Enrique D. Martínez Campos

Resumen de la segunda fase de la Transición (1980- 1982)

Uno de los múltiples atentados de ETA.

CARTAS A LOS ESPAÑOLES (XIX)

LA CRÍTICA, 6 NOVIEMBRE 2019

Enrique D. Martínez Campos | Miércoles 06 de noviembre de 2019

Queridos amigos: La segunda fase de la Transición se inició en 1980. En enero se celebraron elecciones en Vascongadas. Las ganaron el PNV y Herri Batasuna, es decir, los nacionalseparatistas y el terrorismo. En Cataluña se celebraron algo más tarde. Las ganó CiU (nacionalseparatistas y democristianos). En ambos casos, aprovechándose de la debilidad del gobierno “de Madrid”, ambas regiones fueron obteniendo traspasos competenciales cuya cantidad no se previó limitar en ninguna parte. ...



... En mayo Pujol se hizo con el poder en Cataluña. Comenzó la inmersión lingüística. Había que “hacer país”. “Cataluña es una nación”, dijo.

Criticado por sus “barones” Suárez se refugió en la Moncloa. Y el PSOE planteó al gobierno de UCD una moción de censura. No la ganó, pero dejó noqueado a Suárez y a UCD. Mientras, A. Guerra fue el primer político que se dedicó a atacar al adversario a base del insulto personal.

En el año 2007 supimos que en 1980 Suárez había declarado: “La clase política le estamos dando un espectáculo terrible al pueblo español… Yo no opino, como muchos, que el pueblo español estaba pidiendo a gritos la libertad (en 1975). En absoluto… El pueblo español ya tenía unas cotas de libertad que consideraba más o menos aceptables… Se pusieron detrás de mí… porque yo les alejaba del peligro de una confrontación (entre españoles)”. Muy ilustrativas estas ideas de Suárez. En una encuesta pública el 47% de los españoles deseaban que la Transición se realizase poco a poco.

En junio moría en Londres, asqueado y entristecido, Torcuato Fernández Miranda. El ducado de Fernández Miranda y el Toisón de oro concedidos por el Rey no le compensaron de la profunda decepción política que le produjo aquella Transición.

En julio Suárez avisaba a sus “barones” –enfrentados ya a él- de un “plan socialista” para formar un gobierno de concentración nacional presidido por un militar. El ministro de Educación de UCD, Otero Novas, confesaría años después que UCD se equivocó al transferir el sistema educativo, así como el trato de favor al PNV para calmar sus exigencias.

La sangría del terrorismo, el desmadre autonómico, el desarme moral de la sociedad española, las drogas, la inseguridad ciudadana, la extensión del SIDA, el paro creciente, fue considerado por muchos como salir de una España “triste y gris” para pasar a una España en tecnicolor. Comenzaba la famosa “movida”.

El mito Suárez se acababa. “Suárez sabía desmontar, pero no tenía la menor idea de construir”. Y Fraga también se enteró de que el PSOE deseaba “un gobierno de gestión”.

En octubre se celebraron las famosas “cenas de Lérida” a las que asistían socialistas y el general Alfonso Armada. Mientras, la química entre el Rey y Suárez desapareció. Y el Rey le retiró su apoyo. La degradación de la situación política había llegado a una situación de alarma por el poder de los nacionalseparatismos en virtud de una Ley Electoral infame.

A Pujol le informó Enrique Múgica de un posible gobierno presidido por un militar. La totalidad de las cúpulas de los partidos políticos estaba enterada de esa posibilidad. Martín Villa advirtió a Pujol de que “El proceso autonómico se nos vaya de las manos”. Ya no era suficiente con que Suárez dimitiera. Era preciso un gobierno, no de UCD sino un gobierno de salvación nacional.

El año acabó con 132 asesinatos ejecutados por los terroristas.

Por sorpresa, el 29 de enero de 1981, Suárez dimitió. El CESID prepara la “Operación De Gaulle”. El 3 de febrero, por expreso deseo del Rey, el general Armada se haría cargo de la segunda jefatura del Estado Mayor del Ejército. El día 4, en la Casa de Juntas de Guernica, los Reyes fueron amenazados por los batasunos.

Se produce el golpe de Estado del 23 F. Toma el Congreso el teniente coronel Tejero. El contragolpe de Armada lo aborta el propio Tejero que había sido utilizado y engañado. El 99,98% de los militares no sabíamos nada de esta trama político-militar. Tras el golpe los militares sólo esperamos órdenes del Rey. ¿Fue una ocasión perdida? Se hace cargo del gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, que “derechiza” a UCD. Mientras, en los Ayuntamientos socialcomunistas comenzó, por el de Alicante, la corrupción promovida por el PSOE en abril de 1981. Esa corrupción llegaría a cotas inimaginables. Este Partido seguía predicando la política de la autogestión en todos los niveles de la sociedad.

Tras la transferencia de la enseñanza al cantón catalán Pujol escribió: “La enseñanza fue un objetivo principalísimo de nuestro gobierno. Es la herramienta fundamental para construir un país… para construir Cataluña”. Se produjo entonces la reacción del “Manifiesto de los 2.300” en aquella región.

Tras la Ley del divorcio comenzó el desmantelamiento de la familia en España. Para el progresismo izquierdista el matrimonio católico “es una prisión”. El adulterio, el amancebamiento y los anticonceptivos eran lo “guay”. La demografía española caía en picado.

En agosto Calvo Sotelo planteó en el Congreso el ingreso de España en la OTAN. Todas las izquierdas se oponían, sobre todo el PSOE con su lema “OTAN de entrada NO”.

En octubre del 81 el PSOE celebró su XXIX Congreso. Allí se dijo que en España existían “capas y clases explotadas y oprimidas” y que F. González necesitaba 25 años para cambiar la sociedad española. Era el momento, también, de dar mucha voz a “colectivos y organizaciones sociales”, tal como predicó el ideólogo y filósofo francés del mayo del 68, Marcuse.

El secretario general de los socialistas vascos, Benegas, dijo en la Universidad de Salamanca: “A los tres años de aprobada la Constitución, en este país no se sabía con cuántas Comunidades Autonómicas se iba a configurar el nuevo Estado”. Comenzaban las diferencias y la desunión entre los españoles, consecuencia de un Título VIII de la Constitución infumable.

A principios de 1982 media España era muy reticente a que el PSOE llegara al poder. Muchos se acordaban aun del daño que este Partido había hecho a nuestro país desde su creación en 1879. Pero el PSOE se presentaba como un partido limpio, impoluto, con “100 años de honradez” (?) y el más demócrata de todos.

En mayo se depositaba en Washington el documento de adhesión e ingreso de España en la OTAN después de ser aprobado por el Congreso. En este mismo mes Calvo Sotelo aprobaba una Ley de Dotaciones para las FFAA, correspondiente al período 1982/1990, que suponía inversiones de algo más del 2 % anual del PIB nacional.

En junio acabó el juicio del Supremo contra los 33 encausados por el 23 F. De los 6 años de condena al general Armada impuestos por la Justicia Militar, el Supremo la aumentó a 30 años de prisión. No había utilizado ninguna violencia y era el más monárquico de los militares españoles.

En julio fue aprobada la LOAPA para armonizar el proceso autonómico. Aquel desmadre que ya se les había ido de las manos a los políticos. Los nacionalseparatistas se opusieron a esta Ley. Llegarían hasta el Constitucional. Mientras, el expresidente Suárez abandonaba UCD y creaba su propio partido: el CDS. En agosto la puntilla a UCD se la dio la deserción del socialdemócrata Francisco Fernández Ordóñez. UCD se desintegraba.

Ante esta situación autonómica de inflación, paro, terrorismo insoportable y con un partido, el suyo, en descomposición, Calvo Sotelo disolvió las Cortes y anunció elecciones generales para el 28 de octubre.

El PSOE, con la inestimable ayuda de un potentísimo grupo mediático –PRISA- y el apoyo de TVE, con su lema “por el cambio” ganó aquellas elecciones por mayoría absolutísima en el Congreso y el Senado. Más de 10 millones de votos y 202 escaños en el Congreso. La AP de Fraga se consolidó, con 106 escaños, como el principal partido de la oposición.

El 1 de diciembre se formó el primer gobierno socialista. El relevo de partidos en el gobierno se hizo con absoluta normalidad. Entiendo que la famosa Transición había terminado. Se abría una nueva etapa en nuestra Historia más reciente.

Pues bien, amigo lector; después de haber tenido la paciencia de leer estas XIX Cartas y, en especial, las dos últimas, podemos encontrar en este período de la Transición algunas de las claves más importantes para saber lo que fue sucediendo en España en los siguientes 37 años y hasta hoy mismo. Aquella Transición en algunos casos alocada y rapidísima, provocó errores tremendos que estamos pagando hoy. Con un denominador común en estos años: el comportamiento ideológico-político de un PSOE que es el Partido que ha gobernado más tiempo y que siempre, hasta ahora, nos ha conducido a la ruina económica y a una ingeniería social para enfrentar a los españoles.

Sigo creyendo que, si hubiera salido bien el contragolpe del 23 F y se hubiera constituido un gobierno de concentración nacional durante dos o tres años, es posible que se hubiera reconducido una situación de inestabilidad política, la de ayer y la de hoy. Porque sus cuatro objetivos esenciales estaban claros:

-Revisar el Título VIII de la Constitución.

-Iniciar una lucha seria y contundente contra el terrorismo.

-Aliviar todo lo posible una situación socioeconómica deplorable.

-Elaborar una Ley Electoral que no fuera la “provisional” sólo para 1977.

No obstante, amigos, son ustedes, despojándose de fanatismos ideológicos si los tienen, los que deben juzgar, no al autor de estas Cartas sino su contenido de fondo.

Un abrazo a todos,

Enrique Domínguez Martínez Campos

Coronel de Infantería DEM (R)