... Sé que a muchos, que no han conocido otra cosa sino el régimen en el que viven –una supuesta democracia-, les dará igual que a don Francisco Franco (mejor decir, sus restos mortales) le saquen de su tumba (que él no eligió) para llevarlo a otra que ha decidido el gobierno de la nación cuál debe ser. No sus familiares. No. El gobierno que hoy padecemos, aunque esté en funciones. ¿Qué les parecería a esos “muchos” que el gobierno decidiera por ellos dónde tienen que ser enterrados su padre y su madre?
Y todo esto me lleva a pensar en qué clase de democracia vivimos los españoles. Al margen de todos los hechos y antecedentes históricos que nos condujeron a ella a través de una famosísima Transición.
Después de que terminara aquélla en mi opinión en 1982, el partido socialista obrero (?) español (?) ganó las elecciones generales. Como todos debieran saber, repito, debieran saber, es el partido político en España cuyo historial está cuajado de hechos revolucionarios, antiespañoles, golpista, antisistema y hasta 1979 –hasta hace sólo 40 años- netamente marxista. Hoy, 24 de octubre, no ha hecho sino reivindicar su marxismo totalitario.
Sólo tres años después de ganadas aquellas elecciones generales en 1982, esto es, en 1985, modificó mediante Ley Orgánica la Ley Suprema, es decir, la Constitución. Puesto que ganó con una mayoría absolutísima en el Congreso y en el Senado podía manejar a su antojo al poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Sólo le quedaba por ominar también al Poder Judicial. Y lo consiguió mediante aquella Ley Orgánica cuando modificó el sistema de elección de jueces y magistrados en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y en los más altos Tribunales españoles. Incluso en la elección de los componentes del Tribunal Constitucional.
En resumidas cuentas, y después de que Alfonso Guerra, el “Vicetodo” en aquellos años, dijera que “Montesquieu ha muerto”, la separación de Poderes, la esencia de la democracia, desapareció de España. Y así hasta hoy, 34 años después.
Esta calamitosa decisión la tomó y la impuso el partido socialista obrero (?) español (?). Lo inaudito es que las llamadas derechas españolas, no sólo se tragaron esta bellaquería, esta antidemocrática medida. Lo cobarde, lo repugnante y lo indignante, fue que, a lo largo de todos estos años, las derechas asumieron como buena la nueva situación, la partitocracia, esto es, la dictadura de los partidos políticos
Desde 1985 hasta aquí podríamos enumerar y relatar hechos vergonzosos sucedidos en España como consecuencia de la politización del Poder Judicial. Pero sólo vamos a referirnos a unos pocos sucedidos en las últimas semanas, algunos de los cuales provienen de hace años:
-El vergonzoso, lentísimo e inacabable proceso que se sigue contra la cleptómana familia Pujol. ¿Por qué?
-El vergonzoso, lentísimo e inacabable proceso que se sigue contra los ERE y los Fondos de Formación en la Andalucía socialista. ¿Por qué?
-La sorprendente sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe de Estado en -Cataluña en 2017, tildándolo de sedición en lugar de rebelión, y negándose a que los golpistas cumplan, al menos, la mitad de la pena en prisión. ¿Por qué?
-La sorprendente sentencia del Tribunal Supremo sobre la urgencia y el porqué del traslado de los restos mortales de don Francisco Franco desde el Valle de los Caídos a donde el gobierno en funciones ha decidido que vayan. No la familia. Sentencia avalada por el Tribunal Constitucional. ¿Por qué?
-La separación obligada en la causa que se sigue en la Audiencia nacional del juez que dictaminó sobre la corrupción del partido popular y en cuyo dictamen, elaborado por él, introdujo percepciones personales que fueron la causa de la moción de censura contra el gobierno de Rajoy y que ganó el PSOE en el Congreso con el apoyo de todas las izquierdas y del PNV para instalarse Pedro Sánchez en la Moncloa. ¿Por qué?
Este último caso lo conocimos ayer mismo. En resumidas cuentas, cuando las más altas instancias del Poder Judicial están en manos de los partidos políticos, ¿qué clase de democracia es la española?
Hoy va a ser un día apoteósico para el PSOE de Sánchez. Según él, ha ganado la democracia. Pero, ¿qué democracia? ¿La que instauró Felipe González modificando la Constitución para que al poder Judicial pudieran controlarlo él y todos sus sucesores, fueran del color político que fueran? ¿Qué es lo que realmente persigue el PSOE de Sánchez con este asalto de la fuerza pública a la Basílica del Valle de los Caídos después de permanecer allí durante 44 años los restos mortales de don Francisco Franco?
Es indudable que en este caso varias Instituciones también han fracasado, con sus cobardes silencios frente al poder omnímodo de una izquierda socialista respaldada por “sus jueces”. En primer lugar, los partidos llamados de “derechas” –PP y Ciudadanos-, muy constitucionalistas ellos pero asumiendo siempre lo que exijan las izquierdas. A continuación, la jerarquía de la Iglesia en España y en Roma, lavándose las manos como Pilatos y dejando solo al prior de los benedictinos en aquel recinto sagrado de la Basílica. En tercer lugar, la mayoría de los medios de comunicación, todos cuajados de gentes al servicio de su amo, incapacidad crítica y con un bagaje cultural que en la práctica es paupérrimo y, eso sí, al servicio del “progresismo” que predican las izquierdas e, incluso, el nacionalseparatismo. Por último, he echado en falta un comunicado, una postura oficial, incluso una declaración institucional, de quienes se supone que recuerdan y deben un respeto para quien saben de sobra que, vistiendo el mismo uniforme que él, salvó a España de la revolución comunista y logró, de la nada, hacer de España la novena potencia industrial del mundo. Sólo eso.
Esta apoteosis del partido socialista obrero (?) español (?), esta mentira, esta constante tomadura de pelo a los españoles, A TODOS, es posible que le valga algunos votos más a ese PSOE de los cretinos que siguen siendo tan fanáticos o más que ellos. En las próximas elecciones:
-Si los españoles están convencidos de que todos somos iguales ante la ley.
-Si los españoles están seguros de que tienen los mismos derechos y obligaciones en todos y cada uno de los cantones autonómicos en que ha sido troceada España.
-Si los españoles piensan que nos sentimos más unidos que nunca como nación.
-Si los españoles creen que tenemos libertad plena para poder utilizar nuestra lengua oficial en cualquier lugar de la Patria.
-Si los españoles consideran que el coste de las Autonomías que pagamos todos es “el chocolate del loro” (aunque sea en realidad un pastón).
-Si los españoles opinan que las Autonomías no son una “empresa” de colocación para políticos, amigos, afiliados, familiares, etc. y posibles centros de corrupción.
-Si los españoles aprueban que es mejor que el gobierno de la nación tenga un poder residual frente al poder de los gobiernos autonómicos, con la Enseñanza y la Sanidad, por ejemplo, en sus manos.
-Si los españoles piensan que la Ley Electoral provisional para 1977 debe mantenerse como hasta ahora.
-Si los españoles no creen en la estadística cuando ésta concluye que cada vez que gobierna la izquierda España acaba en la ruina.
-Si los españoles aseguran que España es una democracia plena con una separación de Poderes real.
-Si los españoles desean mantener Leyes de ingeniería social que los enfrenten cada vez más.
En ese caso todo debe seguir igual. El sistema debe continuar siendo el que es. Una partitocracia revestida de democracia. En la que, al parecer, están muy cómodos PSOE, PP, Ciudadanos y los nacionalseparatismos. Los comunistas son antisistema. Y unos medios de comunicación al servicio de todos ellos.
Disculpen, pero yo no creo en nada de todo lo anterior. Menos mal que hay ya más de dos millones de españoles que tampoco se lo creen. Y en las elecciones del 10 de noviembre ojalá ese número se duplicara. Es la única esperanza que nos queda. Que despertemos todos de este mal sueño. De esta sinrazón. De este régimen políticamente ingobernable y económicamente insostenible.
Por tanto, ¿de qué democracia hablamos?
Enrique Domínguez Martínez Campos
Coronel de Infantería DEM (R)