Me gustaría que aquí pudiese leer alguna reflexión, que escuchando la radio o leyendo la prensa usted alguna vez se haya hecho. “Como el periodista no pregunta esto o lo otro” se habrá dicho usted alguna vez, ese sin duda sería para mí un objetivo cumplido. El deporte al desnudo, sin intereses y sin filtros. Bueno, no exactamente. Con un filtro muy particular: el mío, el filtro de Rimun…
Una de pitos…
Gerard Piqué, sí, sí, Gerard, nada de Gerardo –ya saben, Gerard aquí y en la China popular–, resulta que de un tiempo a esta parte se ha convertido en objetivo de los “pitos” de los aficionados. Nada más y nada menos que de los aficionados de “la roja” (ya saben ustedes que en este país en el que vivimos somos capaces de llamar de cualquier forma a España antes de llamarle España, y perdónenme la redudancia) y el bueno de Gerard lo tiene claro; la causa es clara, lo achaca a la rivalidad Madrid-Barça. Le vimos el otro día hacer gala de forma socarrona de todo su antimadridismo y, claro está, eso lo justifica todo… Pero no para mí. Sus salidas de pata de banco en las celebraciones con su club caen bien en el madridismo. Eso de que el eterno rival cuando está en su mejor momento se acuerde de ti produce cierta satisfacción en el madridista de a pie, así que a mí, la explicación del propio Gerard no me convence. Me hubiera gustado más que alguno de los periodistas presentes le preguntase por sus guiños al independentismo catalán como causa de esos pitos, pero nadie lo hizo. Una vez más, me hubiera gustado que alguno de los presentes en la multitudinaria comparecencia le hubiese interrogado por la pancarta que el propio Gerard sostenía en una de las últimas actuaciones de la selección autonómica catalana. Decía tal cual: “una nació, una selecció”. Pero me quedé con las ganas, una vez asistimos a una rueda de prensa cargada de topicazos que a mí me deja frío. Porque señores, rivalidad Madrid-Barça ha habido siempre, y como se dice siempre que el público pita (a excepción hecha de los pitos a Piqué), el público es soberano… Del papel del “marqués” en todo esto hablaré otro día, que eso es harina de otro costal.
…y otra de Forbes
De Forbes, sí, no de Forges. Me refiero, por si lo desconocen, a la prestigiosa publicación norteamericana especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, de la que en la planta noble del Estadio Santiago Bernabéu deben tener forradas las paredes con sus portadas y columnas. Y es que por si no lo saben el Real Madrid CF lleva tres años consecutivos encabezando la dichosa lista de Forbes como la entidad deportiva más valiosa del mundo. Y esto debe enorgullecer y mucho a la directiva del club, encabezada por Florentino Pérez. Pues bien, me temo que alguien de confianza –yo lo haría gustoso– le debería decir al señor Pérez que esto de ser el club más rico del mundo está muy bien, y si encima lo ratifica Forbes mejor, pero que las copas, las de verdad, la de la Liga o la Champions, las levantan otros… Que cada vez se ven por la calle más camisetas del eterno rival, y que los niños cuando están en esa edad de elegir, casi siempre se decantan por el que gana, amén de que los pequeños lamentablemente, señor Pérez, no leen Forbes…
Hasta más ver… que hay mucho que ver.
Rimun