Movimientos separatistas existen a lo largo del mundo, a menudo derivados de conflictos por el poder o por los recursos. Naturalmente también existen en la UE y pueden afectar especialmente al propio ser de la Unión que es un proyecto basado en la estrecha cooperación entre sus estados miembro.
La mayoría de los partidos nacionalistas apostan por su independencia con la intención de permanecer como miembros de pleno derecho dentro de una “Europa de los pueblos”. La búsqueda del conflicto con el Estado es permanente para los partidos nacionalistas para conseguir la secesión territorial y la aprobación por naciones u organizaciones internacionales o supranacionales. No obstante el asunto central es si los demás estados de la UE reconocerían a las regiones separatistas si violasen el Orden Constitucional de las naciones concernidas.
En ese proceso, algunos partidos nacionalistas podrían pretender la redefinición del concepto de nación para congregar nuevos grupos culturales, étnicos o lingüísticos que configurasen una nueva nación en una nueva UE. Esa utopía nacionalista supondría un peligro para la estabilidad y seguridad de Europa y para el proceso actual de integración europea. Es por ello, que a pesar de la intoxicación separatista realizada en Europa por partidos nacionalistas, las naciones de la UE y la Comisión, el Consejo y el Parlamento han sabido mantenerse firme para proteger a la UE.
En cuanto al derecho de secesión es preciso hacer unas acotaciones. La ONU establece el derecho de autodeterminación, o dicho de la forma de los partidos nacionalistas, el derecho a decidir, solamente para aquellas naciones que fueron ocupadas y colonizadas por potencias europeas, norteamericanas o asiáticas por la fuerza. La mayoría de los 193 estados reconocidos por la ONU actuarían con mucha precaución si tuvieran que decidir, dentro del marco legal del derecho internacional, sobre una escisión de uno de sus miembros y de la UE creando un nuevo estado sujeto al derecho internacional. Si uno de los factores en los que se apoyan las reivindicaciones nacionalistas es la lengua propia, la ONU se preguntaría porqué habiendo casi 6000 lenguas en el mundo, solo hay 193 naciones reconocidas por la Organización.
En la UE el separatismo o nacionalismo está presente a través de la “European Free Alliance” (EFA) que es un partido o alianza de 46 partidos nacionalistas !!!!, de ellos 6 españoles, reconocida en el parlamento europeo y organizado desde 2004 aunque en algunos de ellos la palabra “nacionalista” no figure en su denominación. Lo mas significativo de todo es que los partidos separatistas basan sus reivindicaciones principalmente en “diferencias culturales, étnicas o lingüísticas”.
Ademas de la EFA, desde los años 80 muchos estados miembro de la UE llevaron a cabo un proceso de descentralización para reforzar el autogobierno con funciones descentralizadas en determinadas regiones. Como resultado, la UE fundó en 1994 el “Comité de las Regiones”. Los partidos regionalistas y nacionalistas se han beneficiado de regulaciones especiales y cuotas mínimas para tener representación en el Parlamento europeo. Sin embargo, todas esas decisiones tomadas por la UE y las naciones europeas con la finalidad de acomodar los deseos de determinados grupos y partidos nacionalistas han sido utilizadas de forma espúrea, interesada y fraudulenta en beneficio de las tesis independentistas y objetivos separatistas. Sin duda, el fin ultimo perseguido por esos partidos es la independencia.
En Europa son las regiones que tienen un mayor nivel de autogobierno y autonomía las que están buscando la independencia, luego aumentar ese nivel no resuelve el problema. El peligro estriba en que otras regiones europeas con menos competencias y derechos en ese sentido se sintieran impelidas a seguir el ejemplo de las primeras creando una situación de anarquía inmanejable en Europa.
Por lo tanto, el mecanismo que reclaman algunos partidos independentistas es la celebración de un referéndum dentro de su territorio como valor democrático indiscutible e instrumento de democracia directa. El problema es que ese referéndum debe respetar el orden constitucional, los estatutos de autonomía y los standards democráticos occidentales y de la UE, en otro caso no sería admitido por la Unión.
En definitiva, el separatismo busca por un lado una estrategia internacional del conflicto lo que podría poner en riesgo la paz en Europa frente a terceros estados y por otro una estrategia interna de ampliación de la UE a nuevos estados derivados de procesos secesionistas lo que incrementaría el riesgo de conflicto entre los estados miembro de la UE.
Tras el Tratado de Lisboa, la UE se juega su futuro por la presión nacionalista y es por ello que debe permanecer firme, de lo contrario todos a parte de los 34 partidos nacionalistas en Europa, de ellos al menos 3 en España, podrían poner en peligro el futuro de la Organización.