Esta frase es de origen incierto pues circulan varias versiones parecidas. Les contaré la que me fue trasmitida por tradición oral en épocas en la que no existía internet y que por lo tanto es tal vez más verosímil que otras más modernas ...
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... Cuando existían en nuestros pueblos Jueces de Paz elegidos por los vecinos que hacían de árbitros y mediadores en pequeños conflictos sobre lindes, pastos y cosas similares, se celebró un juicio a demanda de un vecino por que el burro de otro vecino le había comido parte de un trigal. Llegados al careo el dueño de la caballería se defiende diciendo que el acusador miente pues él no tiene ningún burro, solo tiene burras. El denunciante lanzó la famosa frase de “¿Qué tendrán que ver los cojones para comer trigo?”
Si en lugar de suscitarse esa pregunta en un Juzgado de Paz del siglo pasado (lástima que hayan desaparecido pues para asuntos triviales habrían descargado de buena parte de trabajo a nuestros juzgados) se planteara en nuestro alto y nunca bien alabado Tribunal Supremo –en buena parte elegido por nuestros políticos- la respuesta sería muy distinta.
Verán ustedes, acaba de sentar jurisprudencia el altísimo tribunal que las bofetadas no valen lo mismo independientemente que las dé una luchadora de los pesos pesados o un mequetrefe de peso pluma. El varón, por el mero hecho de serlo tiene doble pena.
Según la relación de hechos probados - no he podido aún leer la sentencia y me baso en una noticia procedente de agencias divulgada por Telecinco- una pareja de Zaragoza en una disputa absurda sobre la hora de regresar a casa se pelea en público. Ella inicia la agresión con un puñetazo que es respondido con una bofetada con la mano abierta del hombre tras lo cual la mujer pega de propina (¿sería correcto propinó? ¿…?) una patada a su compañero. Ninguna de las agresiones necesitó asistencia de ningún tipo. A la mujer le han caído 3 meses con sus accesorias, al hombre 6 -también con sus accesorias- pues entiende el muy loado, ilustre y dignísimo tribunal que nos tiene últimamente acostumbrados a sentencias sorprendentes que el varón es responsable de violencia de género y la mujer los es de violencia familiar.
Vivir para ver. ¿Qué era lo que no tenía que ver para comer trigo? ¿Seguro?
Lenny Flames