... la disponibilidad operativa de la Fuerza, para cumplir las misiones que determine el gobierno y decíamos que la disponibilidad operativa es un conjunto de acciones de instrucción y adiestramiento de las unidades, de la operatividad del equipo, material y armamento y del apoyo logístico y de los recursos materiales y financieros que requieren las unidades para poder ser proyectadas de forma inmediata a las áreas de crisis, conflictos o catástrofes para el cumplimiento de las misiones operativas asignadas.
Hacer un análisis prospectivo de cómo será el escenario estratégico de riesgos y amenazas en el 2035 no es objeto de esta breve reseña y menos aún el realizar un análisis prescriptivo de las mejores opciones de Fuerza a diseñar para enfrentarse con garantía de éxito a las amenazas que se materialicen entonces en el ámbito nacional o internacional y de los escenarios económicos precisos para disponer de los recursos financieros necesarios en el año 2035.
Lo que si podemos anticipar es que sea cual sea la estructura de fuerzas, serán altamente tecnológicas, deberán estar preparadas para operar tanto en ambiente convencional y alta intensidad, como en el irregular del llamado entorno híbrido con muchos actores diferentes, fundamentalmente urbano y en medio de las redes sociales con gran influencia de las percepciones y narrativas.
Las Brigadas serán, son ya, un Sistema de Combate Integral y de esa forma integral e integrada se realizará la renovación tecnológica de capacidades. En esa revolución tecnológica que el ET tiene que afrontar, sin duda, seguirá siendo imprescindible garantizar el sostenimiento del esfuerzo, mucho más tecnológico, a lo largo del tiempo necesario para el desarrollo de las capacidades militares o del apoyo a cualquier contingente desplegado en operación militar.
En el año 2035 estará establecida completamente y funcionando a pleno rendimiento una logística integrada para conseguir una mayor eficiencia mediante la coordinación, integración y sincronización de procesos logísticos tanto en las adquisiciones como en el sostenimiento.
Por otro lado, la trasformación digital en el área de seguridad, defensa, crisis y operaciones en el Ministerio de Defensa y por tanto en el Ejército de Tierra empezará a desarrollarse a partir del año 2020 lo que supondrá un cambio radical, que se estima desarrollar entre el 2020 y 2025, en el sostenimiento en el Ejército de Tierra.
Por ejemplo, el concepto de Centro Logístico Inteligente o “Smart Factory” se aplicará en ese periodo en el proceso de concentración de órganos logísticos centrales en un centro único, contemplándose Toledo como ubicación posible, y otro para aeronaves (helicópteros y sistemas aéreos tripulados a distancia) del Ejército de Tierra en Colmenar Viejo, ambos cerca de Madrid. Ese proceso de concentración supondrá conseguir una gran eficiencia, reducción de costes y redundancias, alcanzando un mantenimiento integral de todos los sistemas de armas, pero también un esfuerzo económico importante a corto plazo para su implantación. Invertir más ahora para ahorrar más después, sería la idea.
En ese proceso, en el que el sostenimiento del esfuerzo en territorio nacional y en operaciones será imprescindible para lograr y mantener la superioridad tecnológica en capacidades militares, aparece un aspecto nuevo: La integración Ejército-Empresa para la gestión eficiente del mismo. La integración de empresas en las funciones logísticas de abastecimiento, mantenimiento y transporte será esencial para lograr esa logística integrada eficiente y altamente tecnológica. Ello permitirá una reducción de los niveles de recursos, que no deban formar parte de la reserva del ET, y un ahorro en los costes de distribución de los mismos, sin mencionar todas las sinergias que se obtendrán entendiendo que un ejército altamente tecnológico, exigirá un mayor protagonismo de la empresa y de los centros tecnológicos.
Por otro lado, el desarrollo dentro de la UE del Plan de Acción para el desarrollo de la Defensa Europea, EDAP, y la Cooperación Estructurada, PESCO, para el desarrollo y adquisición de capacidades, abre un horizonte nuevo a partir del año próximo en el que el sostenimiento del Ejército de Tierra y el del esfuerzo operativo va a cambiar notablemente y donde la economía de escala será un principio básico a aplicar en la Agencia Europea de Defensa. La OTAN está avanzando también en esta línea para que el sostenimiento conjunto y multinacional, en aquello que sea común, facilita la interoperabilidad, las sinergias y reduce los costes de obtención, al distribuir los costes no recurrentes de almacenamiento, de distribución y de mantenimiento.
En definitiva, lo que se pretende es alcanzar y mantener la superioridad tecnológica en las capacidades militares, en todos los esfuerzos de sostenimiento en un escenario donde la Fuerza será altamente tecnológica, donde los procesos digitales serán muy avanzados y donde la logística será integrada, predictiva, inmediata y eficiente. Pero para responder a ese reto es preciso un Plan Sostenible en el tiempo que cuente con un escenario económico continuo, estable y ambicioso, que por el momento no podemos anticipar, pero que deberá ser muy exigente y comprometido. Desde luego, si se mantiene estable un escenario de financiación como el actual, no será posible desarrollar los retos indicados anteriormente y el Ejército de Tierra correrá el riesgo de caer en la irrelevancia y con ello la seguridad en España se pondrá en peligro estando a merced de enemigos tecnológicamente capacitados.