El termino sostenimiento adolece de una polisemia que puede dar lugar a confusión. Por una parte, hablamos del Sostenimiento de las Operaciones, entendiendo éste como el sostenimiento del contingente del Ejército de Tierra (ET) desplegado en operaciones y que incluye, además, el esfuerzo de generación y preparación de nuevos contingentes de relevo. Por otra, nos referimos al Sostenimiento del Esfuerzo que incluye aquellas actividades encaminadas a garantizar la continuidad del contingente en las condiciones materiales y de operatividad que le permitan el cumplimiento eficaz de la misión.
Para ello se lleva a cabo lo que llamamos el Alistamiento de la Fuerza, que es un conjunto de acciones de instrucción y adiestramiento de las unidades; selección y puesta en estado de operatividad del equipo, material y armamento; de apoyo logístico y de los recursos materiales y financieros que requieren las unidades para poder ser proyectadas, de forma inmediata, a las áreas de crisis, conflictos o catástrofes para el cumplimiento de misiones operativas que se determinen, en el ámbito nacional, bilateral o de las organizaciones internacionales de seguridad y defensa.
En el marco logístico propiamente dicho, el Sostenimiento del Ejército de Tierra se refiere al esfuerzo logístico para mantener la disponibilidad operativa de los materiales y armamento de dotación en las Unidades a lo largo de su ciclo de vida y las dotaciones y niveles de recursos de abastecimiento que posibilitan a las Unidades vivir, adiestrarse y combatir. Es la parte del Sostenimiento del Esfuerzo citado que ejecuta el Mando de Apoyo Logístico a Ejercito (MALE) en el marco de la Logística en el territorio nacional.
Centrado el tema del sostenimiento en el Ejército de Tierra (ET), podemos entrar en detalles. Citaremos en primer lugar que el esfuerzo logístico de sostenimiento está recogido en el Plan General de Recursos Materiales y el Plan General de Apoyo Logístico que se detalla en Planes Específicos y Objetivos de Sector, con su dotación económica correspondiente, recogidos en el Sistema de Apoyo Logístico al Ejército (SALE).
Para organizar adecuadamente el sostenimiento, el ET establece un proceso de planeamiento que se basa en unas Determinación de Necesidades del SALE para el año siguiente y una Estimación de Necesidades del SALE a 6 años, donde se establecen las Prioridades del Sostenimiento y que tienen que adaptarse al Escenario Económico y a los Presupuestos anuales. En consecuencia se dispone de un documento de necesidades del SALE para el año 2019 y el de estimación de necesidades para el periodo 2020 al 2025 con sus necesidades financieras correspondientes.
El crédito presupuestario para cubrir las necesidades proviene de los Presupuestos Ordinarios del Ministerio de Defensa y de los Presupuestos Extraordinarios que el Gobierno dispone para financiar las Operaciones de Mantenimiento de Paz, OMP, en las que se engloban las operaciones de gestión de crisis, catástrofes y de intervención en conflictos internacionales.
Es por ello que aparecen dos aspectos del sostenimiento: Uno es el sostenimiento de la Fuerza desplegada en Operaciones que se financia con los créditos extraordinarios mencionados de OMP y que son gestionados tanto por el Mando de Apoyo Logístico del Ejército, para llevar a cabo el sostenimiento del esfuerzo como hemos explicado, como por la Fuerza Logística Operativa para apoyar in situ a la fuerza desplegada en Zona de Operaciones. El otro aspecto es el sostenimiento de los materiales no desplegados en zona de operaciones pero que deben estar en alistamiento operativo que se realiza con cargo a los presupuestos ordinarios. Existe, por tanto, una continuidad en la corriente logística desde la logística en territorio nacional a la de operaciones, desde el suministrador de los recursos necesarios hasta el combatiente desplegado.
El problema de la financiación del sostenimiento del Ejercito de Tierra es precisamente la disponibilidad de créditos que, en el caso de los presupuestos ordinarios representan actualmente la mitad de los extraordinarios asignados para operaciones, por lo que el mantenimiento de la disponibilidad operativa del armamento y material está muy mermado al representar, escasamente, un tercio del total de los recursos financieros que se reciben para sostenimiento. Por otro lado los extraordinarios están sujetos a vicisitudes imprevisibles.
Se deduce con facilidad que si las operaciones internacionales se redujeran en número o en el volumen de fuerzas implicadas, los créditos extraordinarios para las mismas se reducirían igualmente, poniendo en situación límite el sostenimiento del Ejército de Tierra que los requiere tanto para el alistamiento de la fuerza y la disponibilidad del material como para el apoyo de los contingentes desplegados.
En definitiva, las necesidades actuales de sostenimiento supondrían aumentar el presupuesto ordinario para equipararlo al extraordinario de OMP, es decir subir un 50% de la asignación actual en el presupuesto ordinario de defensa para sostenimiento del ET, y de esa forma responder de forma adecuada a la disponibilidad operativa del material y del Ejército de Tierra, sin depender de créditos extraordinarios, y responder de forma eficiente a los requerimientos de la Estrategia de Seguridad Nacional y los compromisos internaciones de España en materia de seguridad y de defensa.