La toma del poder de Puigdemont y los suyos en el partido PDeCat, descabalgando a Marta Pascal y poniendo en cuestión el apoyo de sus diputados en el Congreso a Pedro Sánchez, no es cuestión baladí y pone sobre la mesa la realidad de la política española: no solamente los socialistas para llegar al poder se han puesto en manos de los independentistas catalanes sino que nos han puesto a todos los españoles, a pesar de ser mayoría aplastante los que rechazan esta insólita situación.
"Cuanto más azúcar, más dulce" decía no hace tanto una empresaria china refiriéndose a las relaciones entre su país y el nuestro. ¿Tendrá el señor Sánchez en su chistera las claves para resolver el entuerto que él mismo ha creado? No tardaremos mucho en saberlo...
Aunque, todavía, confiamos en que una vez que el señor Sánchez termine con el reparto de prebendas y regalías a sus fieles se tome la situación en serio y ponga fin a este desajuste, devolviendo su soberanía secuestrada al pueblo español mediante elecciones urgentes. Si hemos de ir al precipicio mejor que lo hagamos por voluntad propia (todos) y no empujados por una partida de visionarios (unos) y lunáticos (otros).