La Agencia EFE acaba de dar la noticia referida a la revista médica, The Lancet, así como a la doctora Susan Sawyer de la Universidad de Melbourne (Australia), una de las autoras del informe, que sostiene y defiende, con una sólida argumentación, la siguiente tesis: “La adolescencia es un periodo vital que en la actualidad se extiende desde los 10 a los 24 años”. La prolongación de la fase educativa o el retraso a la hora de casarse o tener el primer hijo son, entre otros motivos que cita, la causa de este cambio en el desarrollo de la naturaleza humana, al menos en Occidente.
En efecto, la adolescencia se inicia con la pubertad, biológicamente determinada por la actividad del hipotálamo, que genera hormonas que activan, la glándula pituitaria y las gónadas. Pues bien, una de las consecuencias del desarrollo industrial, que ha mejorado significativamente la nutrición y la salud, ha supuesto que este proceso se ha adelantado en el tiempo, a la vez que el crecimiento del cuerpo. Así, en España, la edad media de los hombres para el matrimonio es de algo más de 35 años y la de las mujeres de casi 33 años, esto es y por ejemplo, nueve años más que en 1975.
Por ello, es un acierto que la Fundación SM, que tanto ha demostrado conocer sobre estas edades, ha publicado su octavo Informe, en el que estudia una serie de variables de las personas entre 15 y 25 años. De hecho, titula este espléndido Informe JÓVENES ESPAÑOLES ENTRE DOS SIGLOS (1984 – 2017), y resulta particularmente interesante, relacionándolo con la noticia de la Agencia EFE, porque, además de facilitar los datos sobre la generación actual, estudia también la evolución que a lo largo de estos años se ha producido en la misma, sobre sus valores morales, la política, la familia, la cultura, el ocio y la religión. Apasionante.
El Libro que contiene el Informe se ha presentado en Madrid, el 12 de diciembre de 2017, con su exposición oficial, cuyas líneas generales y en las que incluyo algunas ampliaciones, sigo a continuación y por ende no puedo entrecomillar casi ningún párrafo. “El título ´Jóvenes españoles entre dos siglos (1984-2017)´, presenta el último Estudio sobre la juventud española de la Fundación SM, en el que hace un pormenorizado recorrido por las prioridades vitales de los jóvenes de hoy, sus intereses políticos, su relación con la familia y la religión y su ocio. Gracias a la sucesión de estudios realizados desde hace más de 30 años, es posible dibujar la evolución de los jóvenes españoles en los 3 últimos decenios. ´Se trata de una de las más significativas e influyentes series de estudios sociológicos llevados a cabo en nuestro país en los últimos cuatro decenios´, afirma Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, que ha redactado el prólogo de este trabajo de investigación.
De acuerdo con los datos recogidos en el Informe, para los jóvenes españoles de 15 a 24 años, lo más importante de sus vidas son la salud y la familia –que se muestra como uno de los pilares más importantes de su vida (97% de los encuestados) y el lugar donde se dicen “las cosas más importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo”-, seguido de los amigos y conocidos, el trabajo y el tiempo de ocio.
Desde el primer informe que la Fundación realizó en 1984 existe una tendencia clara de desafección e inacción en lo que se refiere a su participación sociopolítica. Los jóvenes de hoy están más interesados en política que en el 2010, pero muy poco implicados en ella. En concreto, baja el porcentaje de los que creen que la política no tiene nada que ver con ellos, al tiempo que aumenta el número de los que siguen frecuentemente la información política en los diferentes medios (37% en la actualidad, frente al 20% en la encuesta de 2010) y de los que hablan de ella. De hecho, actualmente, solo un 43% suscribe la afirmación: “la política no tiene nada que ver conmigo, no afecta para nada mi vida privada”, frente al 56% que lo hacía en 2010. Pero estos datos contrastan con su falta de acción y con la convicción, del 89%, de que los políticos no tienen en cuenta sus ideas e inquietudes.
Además, la mayoría de las instituciones sociales no gozan de su confianza. Sólo las organizaciones de voluntariado consiguen en general “mucha” o “bastante” confianza para el 66% de los jóvenes. Le sigue la Policía (60%), el sistema de enseñanza (55%) y las Fuerzas Armadas (53,5%). Sin embargo, comparado con 2005, la gran mayoría de las instituciones ven caer la confianza de los jóvenes en ellas. Destacan en este descenso, especialmente, la prensa (un 10 %), el Parlamento del Estado (un 10 %), la Monarquía (un 9 %), el Parlamento de la comunidad autónoma (un 8 %) y los Sindicatos (un 7 %).
Con relación a la perspectiva histórica, merece la pena introducir en esta exposición oficial, el análisis que hace Fernando Rodríguez-Borlado en Aceprensa. “En cualquier caso, las respuestas muestran algunos aspectos interesantes. En general, se podría decir que los jóvenes son bastante críticos con los de su propia generación. De las cinco etiquetas más repetidas, tres son claramente negativas (“consumistas”, “demasiado preocupados por la imagen” y “egoístas”), y las otras dos tampoco tienen una interpretación inequívocamente positiva (“rebeldes” e “indignados por la situación política”), como sí la tienen otras que aparecen entre las menos mencionadas, por ejemplo “maduros”, “generosos”, “trabajadores” o “idealistas”. Además, son las características positivas las que más han descendido (se citan menos) en los últimos veinte años. Por el contrario, aumenta el porcentaje de los que marcan las casillas de “egoístas”, “con poco sentido del sacrificio” o “con poco sentido del deber” (http://www.aceprensa.com/articles/ocio-juvenil-la-discoteca-o-el-bar-no-son-lo-que-eran/)
En cuanto a su tiempo de ocio, lo más practicado (en un 94%) de los casos, es ver series y películas, salir o reunirse con amigos, escuchar música y ver contenidos en internet. El acceso y uso de internet se ha generalizado ya para los jóvenes, dado que el 99% lo ha utilizado en los últimos 4 meses, algo que 15 años atrás solo hacía una minoría de ellos (14%). De nuevo merece la pena considerar el matiz que a este respecto realiza Fernando Rodríguez-Borlado en Aceprensa, con relación a las respuestas de los propios jóvenes, “ver películas o series”, dado que lo hacen más en el ordenador o dispositivos móviles que en el televisor; y además esta afición ha superado, por primera vez, a “salir o reunirse con amigos”, que hasta el presente año ocupaba el puesto más destacado en lo que se refiere a las preferencias de ocio.
Por el contrario, desciende de forma llamativa la atracción por las salidas nocturnas. Además, los nativos digitales leen un 5% más que sus predecesores de la encuesta del año 2005, aunque un 32% reconoce que no lee ningún libro al año.
La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas importantes para los jóvenes (16%). No obstante, un 40% se define como católico” (http://www.fundacion-sm.org/la-fundacion-sm-presenta-informe-jovenes-espanoles-dos-siglos-1984-2017/).
La conclusión que cabe derivar de lo expuesto es la de que el Informe, Estudio o Libro, como prefiera considerarse esta publicación, resulta decididamente aconsejable, tanto se trate de jóvenes como de adolescentes, puesto que junto con dar una serie de noticias, fundadas en datos, sobre la realidad juvenil española, proporciona pautas de comportamiento para mejorar esa realidad.
Francisco Ansón