Juan Manuel Martínez Valdueza

Esperando a Puigdemont…

Don Carles Puigdemont... el Esperado

7 DE OCTUBRE DE 2017

Juan M. Martínez Valdueza | Lunes 09 de octubre de 2017
(...) Seguiremos esperando a Puigdemont, a ver si aparece mañana o no y a ver ni nos vuelve a dejar pasmados… o no, que sería lo deseable...

Ciertamente el personaje central del drama –que lo es, más que vodevil– hispanocatalán, en apariencia, que ya me gustaría saber más de sus entresijos, es Carles Puigdemont, presidente de la comunidad autónoma de Cataluña y representante máximo del Estado español en la misma.

Sentada esta obviedad, pero necesaria para aquellos lectores de allende los mares– o aquende, que también– no familiarizados con la política española, la pregunta salta sin demora: ¿Entonces? ¿Es posible que a la vez este señor represente ambas realidades-legalidades? ¿Pero este señor no es el de la independencia de Cataluña? ¿Entonces? Esquizofrenia pura.

Comprenderán ustedes que el pasmo, o sea, esa mezcla de asombro y admiración, invada hasta al más pintado, esté familiarizado o no con la política española. Y de pasmo en pasmo, que ya está bien hasta para corazones bien blindados de marcapasos u otros artilugios, llegamos a hoy día 9 de octubre, el día señalado para la independencia pero que ya no lo es, un día antes de la independencia que ahora parece que es mañana pero que quizá no lo sea o lo sea solamente en la intención ¿?, y tres días después del 6 de octubre famoso en que parecía que iba a ser la independencia para hacerla coincidir con la anterior independencia de 1934 que lo fue pero no lo fue, y que al final no ha sido. ¡Uf!

Pues aquí estamos: esperando a Puigdemont. Y si esto les recuerda a ustedes al enunciado del famoso teatrillo de don Samuel les aseguro que no voy por ahí. Ni don Carles es Godot –a quien todavía esperamos conocer así pasen siete vidas– ni nosotros Vladimir y Estragón por más que a veces nos quieran poner el bombín.

Así que nada. Seguiremos esperando a Puigdemont, a ver si aparece mañana o no y a ver ni nos vuelve a dejar pasmados… o no, que sería lo deseable.