Aunque suene anacrónico, y quizá exagerado, no estamos lejos de poder repetir la famosa frase de tiempos de Felipe II “sobre mis dominios no se pone el Sol”, pero aplicada ahora a los militares españoles desplegados en el exterior. Desde Kabul a Colombia y desde Estonia a Gabón, militares españoles patrullan, sobrevuelan y navegan por 4 continentes y prácticamente todos los mares del mundo, en especial, el Mediterráneo, el Atlántico y el Índico.
En julio de 2017, 3.039 militares españoles trabajaban por nuestra seguridad encuadrados en 18 operaciones nacionales y multinacionales. En concreto, los efectivos españoles se distribuyen en 1.670 miembros del Ejército de Tierra; 942 de la Armada; 337 del Ejército del Aire; 36 Guardias Civiles; y 54 militares adscritos a otros ministerios[1].
Respecto a las organizaciones o coaliciones internacionales que encuadran a nuestras fuerzas, Naciones Unidas emplea a 694 militares; la OTAN a 976; la Unión Europea a 767; 483 están integrados en la Coalición de Apoyo a Irak; y 106 en las dos operaciones hispano-francesas de apoyo a Mali y a la República Centroafricana: Finalmente, 93 militares sirven bajo bandera española exclusivamente en misiones de seguridad cooperativa en Senegal y Cabo Verde.
Es interesante hacer un recorrido pormenorizado por cada una de estas operaciones porque demuestran que el paradigma de seguridad ha cambiado; que España ha comprendido este cambio, y se ha preparado para hacer frente a los retos que comporta dotándose de las personas y los medios necesarios.
La operación más numerosa es FINUL-Libre Hidalgo, en el Líbano. En esta fuerza de Naciones Unidas se integran 620 militares españoles desplegados en las bases de Naquora y Marjayún, al sur del país de los cedros. La participación española en una de las misiones más longevas de Naciones Unidas (su origen data de 1978) se remonta al final de conflicto que enfrentó a Israel y a la milicia chiita de Hezbolláh (el “Partido de Dios”), durante el verano de 2006. El resultado militarmente no definitivo de este enfrentamiento provocó la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la Resolución 1.701, en la que se redefinía la Fuerza Interina de Interposición en el Líbano (FINUL) con misiones de interposición, vigilancia, asistencia humanitaria, apoyo a los gobiernos de Líbano e Israel y desarme de milicias en la franja libanesa fronteriza con Israel.
La siguiente operación en volumen de fuerzas terrestres (Ejército de Tierra y Guardia Civil) es la que se está desarrollando en Irak en el marco de la Coalición Internacional de apoyo al Gobierno de aquel país. La operación “Alfa /India” (Apoyo a Irak) cuenta con unos efectivos de 479 militares y su misión es la de adiestrar al Ejército Iraquí en su lucha contra el Daesh. Se inició en enero de 2015 y desde entonces las fuerzas españolas adiestran a sus colegas iraquíes en las bases de Besmayah, Bagdad y Tají.
Con un contingente de 338 militares, las Fuerzas Armadas Españolas contribuyen a la Operación Atalanta, bajo el paraguas jurídico de la Unión Europea. Esta operación cuenta con un buque de la Armada patrullando por el Océano Índico y con el destacamento “Orión”, que despliega un avión de patrulla marítima del Ejército del Aire. Con misiones de lucha contra la piratería somalí en el Índico, esta misión cuenta con participación española desde enero de 2009.
En el “Flanco Este” de la Alianza Atlántica, y bajo bandera de la OTAN, se ha desplegado la operación ENHANCED FORWARD PRESENCE, con el objetivo de reforzar la presencia militar aliada en el Noreste de Europa. Desde mayo de 2017, el Ejército de Tierra ha enviado a Letonia un grupo táctico compuesto por 309 militares, dotados de vehículos acorazados y mecanizados (que salen por primera vez de nuestras fronteras).
Organizada por la Unión Europea se despliega en aguas del Mediterráneo la Operación EUNAVFOR MED SOPHIA. En este marco operativo, la Armada Española mantiene el despliegue permanente de un buque y el Ejército del Aire contribuye con otro avión de patrulla marítima. En total 262 militares españoles luchan en el Mediterráneo contra el tráfico de seres humanos prestando la ayuda humanitaria necesaria.
En el “Flanco Sureste” de la Alianza Atlántica, la OTAN ha desplegado un dispositivo de Apoyo a Turquía con la misión de defender a la población civil de la amenaza de misiles balísticos provenientes del teatro de operaciones en Siria/Irak. Una batería de misiles Patriot, del Ejército de Tierra, servida por 149 militares, está desplegada en la base aérea turca de Incirlick y constituye la contribución española a este esfuerzo desde enero de 2015.
También la OTAN es el marco en el que despliega la operación de Policía Aérea en el Báltico. Cinco cazas del Ejército del Aire contribuyen a proporcionar seguridad a los cielos de las repúblicas bálticas desde su base en Estonia. Un total de 128 militares españoles participan en esta misión.
Al Sur del Mediterráneo, en el continente africano, España ha aumentado su presencia en los últimos años. La Unión Europea desplegó a partir de enero de 2013 la misión EUTM Malí, con cometidos de entrenamiento y adiestramiento de las fuerzas armadas malienses de cara a su lucha contra el yihadismo. Abierta en enero de 2013, España contribuye a esta operación con 130 militares del Ejército de Tierra.
Pero España no sólo participa con sus fuerzas armadas en misiones auspiciadas por organizaciones internacionales, ONU, UE y OTAN, como se acaba de ver, o en iniciativas multinacionales, como la coalición en apoyo a Irak, sino que también ejerce esfuerzos de cooperación bilateral con países amigos. En este contexto, destacan los dos destacamentos con los que España y Francia colaboran en África: el apoyo aéreo a RCA desde Gabón; y el apoyo aéreo a Mali desde Senegal. Con estos dos contingentes, las fuerzas aéreas española y francesa apoyan a las operaciones francesas y de la UE en RCA y Mali respectivamente. En concreto, en el destacamento de Gabón están desplegados 45 militares, mientras que en Senegal el número asciende a 61 militares españoles de nuestro Ejército del Aire; en ambos casos con misiones de trasporte aéreo medio y pesado.
En las misiones descritas anteriormente, las fuerzas armadas españolas emplean capacidades militares propias, con unidades terrestres, navales y aéreas, dirigidas por el Mando de Operaciones. Pero también existen operaciones en las que nuestra bandera está representada por contingentes que refuerzan estructuras o misiones con personal cualificado, especializado o con misiones de mando y control. Es interesante hacer un repaso de ellas.
Dos misiones de la Unión Europea en África cuentan con participación de personal español: EUTM RCA, en la República Centroafricana, donde 19 militares españoles del Ejército de Tierra forman parte del Cuartel General de la operación, en Bangui, cuyo cometido fundamental es de adiestramiento del Ejército de la RCA; y EUTM Somalia, una operación de la UE con un objetivo similar a la anterior: entrenamiento de las Fuerzas Armadas somalíes en su lucha contra el yihadismo de grupos como Al-Shabah. En este caso, 16 militares españoles trabajan en Mogadiscio, en una operación que se inició en febrero de 2010.
Otras contribuciones españolas con personal en cuarteles generales de misiones internacionales son:
A todas estas contribuciones hay que añadir una actividad ya casi tradicional en nuestras fuerzas armadas y que nos vincula, como no podía ser de otra manera, con las naciones hermanas del otro hemisferio. Desde los años 80, España viene participando en los procesos de paz auspiciados por Naciones Unidas en el continente americano. En la actualidad, 14 militares españoles forman parte de la misión de observadores de Naciones Unidas para Colombia. Se trata de una misión no armada, que se inició en 2016.
Finalmente, España ha optado también por la presencia en solitario en determinados escenarios en un entorno de seguridad cooperativa en beneficio de los intereses nacionales. Este es el caso de la misión desplegada en Senegal y Cabo Verde, donde 93 militares españoles colaboran con las autoridades senegalesas en la lucha contra el crimen internacional y en labores de asesoramiento y asistencia naval.
Hasta aquí el resumen de la presencia y actividades de las fuerzas armadas españolas en el exterior. Como se ve, el empeño abarca un abanico que se extiende desde teatros donde existen conflictos de media y alta intensidad , hasta presencia en actividades de implementación de la paz , entrenamiento , combate contra el crimen internacional, cooperación preventiva , ayuda humanitaria , solidaridad con aliados o disuasión convencional.
A las órdenes del Gobierno, todas las operaciones, como se apuntó anteriormente, están dirigidas militarmente por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, a través del Mando de Operaciones, un organismo ubicado en los alrededores de Madrid, que tiene como misión principal el empleo de las fuerzas militares en cualquier escenario.
En el campo del análisis es significativo señalar que en julio de 2017 es el momento histórico en el que las fuerzas armadas españolas se encuentran desplegadas en más zonas y operaciones en el mundo (18, en concreto). Ello supone un importante esfuerzo de planeamiento y sostenimiento logístico, que en contrapartida garantiza que el nivel de adiestramiento de los militares españoles y de mantenimiento de sus medios alcanza niveles muy elevados. En otras palabras, este importante nivel de actividad obliga a las fuerzas armadas a “estar en forma”.
Estratégicamente la lectura que se puede hacer tiene varias componentes. En primer lugar este esfuerzo militar español evidencia la apuesta por la seguridad compartida en el ámbito de organizaciones internacionales, que proporcionan sinergias y recursos y la legitimidad necesaria para hacer uso de la fuerza fuera de nuestras fronteras. En segundo lugar España apuesta por mantener, en “paralelo a este espíritu multilateral” relaciones bilaterales en beneficio de nuestros intereses nacionales. En este sentido los despliegues hispano-franceses, o los más poderosos acuerdos hispano-norteamericanos sobre la utilización de la Base de Rota son ejemplos claros de esto. Finalmente, España no renuncia a estar presente de forma individual en aquellos escenarios que pueden ser de interés nacional claro, como el caso de la actividad de seguridad cooperativa con Senegal o Cabo Verde.
El análisis geográfico de nuestros despliegues también da pistas claras de la aproximación estratégica española a la seguridad internacional y a nuestra propia seguridad nacional. El área de mayor interés para España es la constituida por el Mediterráneo, el Sahel y la fachada Atlántica de África, esto es, el denominado “Flanco Sur”. Por otra parte, el mensaje que se lanza a la vista del mapa de despliegues militares españoles es que la OTAN cuenta en España con un socio fiable y comprometido con la seguridad de nuestros aliados.
Para finalizar, no estaría completo este artículo sin unas palabras de gratitud para todos los militares que han servido en el exterior a la seguridad de España. En especial hay que recordar a aquellos que han regado con su sangre tierras extrañas para conseguir que la propia goce de paz y de libertad. Es de justicia honrarlos, ayudar y acompañar a sus familias, y elevar una oración por sus almas.
Julio 2017
[1] Cifras del Ministerio de Defensa. Pueden variar ligeramente en función de las necesidades operativas en cada momento.