EDITORIALES

Con España y con el Rey

La Crítica, 27 Agosto 2017

Domingo 27 de agosto de 2017
(...) La presencia del Rey de España en la manifestación de Barcelona, a sabiendas de que sería humillado, es probablemente el único referente esperanzador para los ciudadanos españoles que tienen conciencia de serlo y que, con toda seguridad, son la gran mayoría..

Los atentados islamistas en Cataluña y la consiguiente manifestación de rechazo, lejos de ralentizar el progresivo golpe de estado del independentismo catalán, le han servido a este para acelerar su ritmo. La mascarada de culpar a España de los atentados en la encerrona de la manifestación de Barcelona, perfectamente organizada desde las instituciones catalanas, no ha sorprendido a nadie al ser no ya previsible sino insistentemente anunciada y, por lo tanto, por todos esperada.

La aparente debilidad del Estado español ante estos hechos y la justificación del desafío por el populismo emergido en los últimos años, con la excusa de la libertad de expresión, hacen que, una vez más, los ciudadanos españoles tengamos que preguntarnos qué está pasando y, sobre todo, qué va a pasar.

La opinión pública en general no es consciente de la tragedia que están viviendo los catalanes españoles en su propia tierra, siendo esta razón suficiente, más allá de la prudencia o la conveniencia política, por la que el Estado español debería mostrar sin fisuras su legítima autoridad.

Una tragedia, señores, que, insistimos, aunque no salga en las portadas de los medios de comunicación afecta ya a muchas familias que están abandonando Cataluña empujados por el miedo, al constatar que los terroristas de antaño son hoy los que mueven los hilos de ese proceso consentido, desde dentro y desde fuera de las instituciones catalanas.

La presencia del Rey de España en la manifestación de Barcelona, a sabiendas de que sería humillado, es probablemente el único referente esperanzador para los ciudadanos españoles que tienen conciencia de serlo y que, con toda seguridad, son la gran mayoría.